jueves, 4 de febrero de 2016

LOS REFUGIOS INFANTILES DE LA GARRIGA. ( SEPTIEMBRE DE 1938)


El periódico barcelonés "La Vanguardia", publicaba, en su edición del jueves, 15 de septiembre de 1938, en sus páginas 2, 3 y 4 en huecograbado, entre otras, la imagen que ilustra estas líneas, referidos a los refugios infantiles de la Garriga, acompañado de unos textos de los que paso a reproducir algunos de sus párrafos:

" ... Residen 350  niños y niñas de 3 a 12 años los niños y hasta los 16 las niñas, acogidos en chalets bañados de aire y luz.

La gran mayoría son asturianos. Vinieron cuando la caída del Norte, cuando sus padres y hermanos no pudieron ya detener al torrente de fuego que sobre ellos se iba cerrando.

Los albergues -- como otros muchos -- están sostenidos por la Presidencia del Consejo y cuentan además con la ayuda de víveres y otros efectos del Fondo de Solidaridad Nacional y del Comité Suizo de Ayuda a España.

Los pequeños se hallan atendidos inmejorablemente. La distribución de su jornada está fijada de una forma acertada y racional. Se levantan a las siete, y la mañana la dedican al aseo, a la cultura física, al estudio y al recreo. Viene al mediodía una suculenta comida y luego se desarrolla la tarde en un plan previsto. Los domingos tienen sesiones de cinema, con unos admirables fines de fiesta a cargo del cuadro teatral que ellos mismos han constituído.

El aspecto cultural ha sido atendido por la Dirección de los refugiados con un particular interés. Han sido constituídas trece clases, y se encargan de ellas una maestra directora y varias maestras normales. Es destacable el perfecto estado sanitario de la colonia. Es destacable también  que en todos los contornos la cosecha de ciruelas, nueces y uvas ha disminuído de una forma misteriosa desde que los más pequeños de la colonia se dedican a hacer unas discretas incursiones durante las horas de recreo. Hay que decir además...

¿Para qué seguir apilando detalles?. La sinfonía jubilosa de la vida de estos trescientos cincuenta niños hay que percibirla directamente para darse cuenta de su intensidad. Hay además que haber vivido la historia dramática que ellos han vivido para apreciar la paz de remanso de su existencia actual".



"Para estos niños, hijos de la cuenca minera, que tras una existencia pobre y sombría han tenido que atravesar por todos los horrores de la invasión fascista y por las mil penalidades del viaje de huída hasta su llegada a Cataluña, su vida actual -- protegidos por los brazos amorosos de la República -- es como un plácido oasis de calma y de sosiego.

Les ocurre como a Alicia, la protagonista de la singular historia. Han pasado al otro lado del espejo. Al país encantado."


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